3/02/2008

¿Periodismo patriótico?

En la entrada anterior hablaba de la fuerza de ciertas imágenes. Hoy, una imagen que no quiero colgar aquí, pero que pueden consultar aquí, define el rumbo político latinoamericano. Es la imagen del abatido líder fariano.

No me detengo en la imagen. Hace rato que en nuestra guerra no declarada se utilizan de manera degradante los cadáveres para intimidar al enemigo. El uso de los despojos y de los cuerpos mancillados es un arma política. Y su difusión mediática favorece a una de las partes en la guerra. Si el gobierno debía o no difundir esta imagen, seguramente ni será tema de debate en Colombia, porque ahora el tema es otro: la premeditada internacionalización de la guerra de Uribe.


Y digo premeditada porque desde tres días atrás, según la revista semana en donde aparece la foto enlazada arriba, el presidente sabía que reyes estaba en Ecuador. ¿Porqué no usó los canales diplomáticos? ¿Porqué no combatió a su enemigo en el territorio nacional? ¿Porqué provocó de manera calculada este amago de conflicto regional, que no sabemos hasta dónde llegará?

"Tenemos el apoyo de la comunidad internacional", ha dicho horas antes josé obdulio, el asesor número uno del presidente Uribe. O sea: no nos preocupan las declaraciones de los presidentes vecinos, porque nosotros tenemos amigos más poderosos. La lógica guerrerista y la prepotencia de saberse aliados del país cuyo deporte y negocio es hacer guerras fuera de sus fronteras.

Si Uribe no quiere un conflicto regional, pues no ha hecho nada por evitarlo. Por el contrario, parece decidido a provocarlo, como lo demuestran las declaraciones de sus más estrechos allegados. Mientras tanto, el periodismo colombiano ya empezó a hacerse la pregunta (me refiero a RCN radio, que escuché hace unos minutos): ¿Llegó la hora de hacer periodismo patriótico?

Y el periodismo patriótico no es otro que cerrar filas en torno al mandatario, pues está en juego "la seguridad nacional". Ya lo decía un viejo estadista: en toda guerra la primera víctima es la verdad.

Los colombianos esperamos que este no sea el caso. Con venezolanos, ecuatorianos y nicaraguenses sólo deseamos darnos abrazos, no balazos.

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