9/08/2009

Muchachos y guitarras

Hace algunos años leí este poema que perdí en mi errancia. Años más tarde lo encuentro en la web, luego de buscarlo en varias ocasiones (punto a favor de Google Books, en medio del debate...). Es un poema de Pablo Armando Fernández, que me recuerda mis caminatas nocturnas detrás de la brisa neivana. Hoy pienso en quienes caminaron conmigo y también en quienes van para adelante en medio de la tormenta. Pienso en Los Convergentes de Hiperbarrio que acaban de recibir premio como mejor Comunidad Digital.


Y por supuesto, pienso en ese muchacho que es Alvaro Ramírez, y me alegro de pensarlo con éste poema:

Muchachos y Guitarras

ESOS muchachos que andan por la calle
con sus guitarras,
Esos muchachos insolentes
que entran en cada casa
como animales locos
golpeando a diestra y siniestra
con sus voces
el mundo.
Parecen ángeles salvajes,
naipes que auguran el nuevo amor, la vida.
Esos muchachos pintarrajeados,
soles de agosto, hondas
de David contra el pecho decrépito del mundo.
Violentos, dolorosos, insolentes,
como el golpe que pegan en las caras
de los burócratas, de los desamorados.
Esos muchachos cambian el destino
del aire hueco y la ciudad que encona.