Se despidió
Cuando un blog se cierra, cuando una estrella distante se apaga, algo se apaga dentro de uno. Algo se apaga dentro de mí.
"... lo que era ya no era y era necesario el silencio..."
Se despidió
Cuando un blog se cierra, cuando una estrella distante se apaga, algo se apaga dentro de uno. Algo se apaga dentro de mí.
"... lo que era ya no era y era necesario el silencio..."
Estudiar debería ser tan divertido como leer y escribir blogs. Pero hoy es tan aburrido como tener que escuchar vejetes anacrónicos que anidan su verdad a la historia de los tiempos. Para ellos el mundo nunca cambió y las verdades, sus verdades son inmutables. Nada más terrible y mamón que escuchar el ronroneo prepotente de un maltrecho profesor que parpadea monosílabos durante dos horas de clase. O el discurso novísimo de su antípoda: el yupi profe que “performa” su cháchara del éxito, del triunfo, del mundo para los ganadores, los elegidos, los bien hechos o recién plastificados en clínica privada, los hijos de las bondades de dios y la virgen santísima.
Estudiar debería ser hoy, digo, como leer y escribir blogs. Ellos te esperan y te escuchan paciente y te hablan y te dicen y te cantan y te soban el lomo y te desesperan y te calman y te ríen y te acunan y te esperan mientras vas por el tinto y regresas meses después más viejo, más cansado pero más lúcido como esos viejos profesores poetas y anarquistas que muchos de los bloguers tuvieron.