5/18/2006

El retorno del macartismo a Colombia


"El retorno del macartismo a Colombia más que un error político, es un error cultural y moral". Fueron las palabras de Guillermo Hoyos Vásquez en su conferencia "la ciudadanía desde la moral Kantiana en clave discursiva", en el Teatro Fundadores, deManizales, en una Lección del programa de doctorado en Ciencias Sociales. Cuando el candidato-presidente macartiza a sus opositores veladamente (y abiertamente cuando está en los cuarteles, o en las universidades militares), llamándolos comunistas, está regresando a la guerra fría. Uribe quiere que nos tratemos de godos, cachiporros, chulavitas, chusma, chusma, como en el Chavo. Así el presidente se parece a Kico, más que a un estadista. Eso quedó demostrado en sus peleas a manotazo limpio con estudiantes de la Javeriana. ¿Se quedó sin argumentos? yo creo que está desviando el debate en plena recta final de campaña.Después de legitimar la impunidad, nada mejor que quitar éste y otros temas de la agenda pública colombiana.

Uribe legitimó a los asesinos que perpetuaron en Colombia dos décadas de masacres sistemáticas, legitimó sus tierras, sus dineros. Bienvenidos al país sin memoria. Uribe no quiere que tengamos memoria ni juicio crítico. El juicio crítico para él no es más que un asomo de"comunistas disfrazados", "profesores de universidad pública", esos molestos seres, que como el profesor Correa de Andreis, terminaron asesinados con participación del DAS, como dicen las revistas Semana y Cambio.

El presidente-candidato perpetúa el mito de Peter Pan o el del niño del tambor de Hojalata. Quiere que perpetuemos nuestra infancia, que no accedamos a la mayoría de edad Kantiana. Menores de edad sin memoria, por eso la importancia de las palabras de primo Levi: si comprender es imposible, conocer es necesario... (Mire abajito el texto de Levi):

5/10/2006

Si comprender es imposible, conocer es necesario,

porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también.

Por ello, meditar sobre lo que pasó es deber de todos. Todos deben saber, o recordar, que tanto a Hitler como a Mussolini, cuando hablaban en público, se les creía, se los aplaudía, se los admiraba, se los adoraba como dioses. Eran ¨jefes carismáticos¨, poseían un secreto poder de seducción que no nacía de la credibilidad o de la verdad de lo que decían, sino del modo sugestivo con que lo decían, de su elocuencia, de su arte histriónico, quizás instintivo, quizás pacientemente ejercitado y aprendido. Las ideas que proclamaban no eran siempre las mismas y en general eran aberraciones, o tonterías, o crueldades; y sin embargo se entonaban hosannas en su honor y millones de fieles los seguían hasta su muerte.
Hay que recordar que estos fieles, y entre ellos también los diligentes ejecutores de órdenes inhumanas, no eran esbirros natos, no eran (salvo pocas excepciones) monstruos: eran gente cualquiera. Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligrosos; más peligrosos son los hombre comunes, los funcionarios dispuestos a creer y obedecer sin discutir, como Eichmann, como Hoess, comandante de Auschwitz, como Stangl, comandante de Treblinka, como los militares franceses de veinte años más tarde, asesinos en Argelia, como los militares norteamericanos de treinta años más tarde, asesinos en Vietnam.
Hay que desconfiar, pues, de quien trata de convencernos con argumentos distintos de la razón, es decir, de los jefes carismáticos: hemos de ser cautos en delegar en otros nuestro juicio y nuestra voluntad. Puesto que es difícil distinguir los profetas verdaderos de los falsos, es mejor sospechar de todo profeta; es mejor renunciar a la verdad revelada, por mucho que exalte su simplicidad y esplendor, aunque la hallemos cómoda porque se adquiere gratis. Es mejor conformarse con otras verdades más modestas y menos entusiasmantes, las que se conquistan con mucho trabajo, poco a poco y sin atajos por el estudio, la discusión y el racionamiento, verdades que pueden ser demostradas y verificadas.

Es evidente que esta receta es demasiado simple como para cubrir todos los casos: un nuevo fascismo, con su retahíla de intolerancias, prepotencias y servidumbre, puede nacer fuera de nuestro país y ser importado, quizás de puntillas y haciéndose llamar con otros nombres; o puede desencadenarse dentro de casa con una violencia capaz de desbaratar todo reparo. Entonces los consejos de sabiduría ya no sirven y se debe encontrar la forma de resistir: también en esto, la memoria de lo sucedido en el corazón de Europa, y no hace mucho, puede servir de sostén y admonición. (Apartes de Si esto es un hombre, de Primo Levi)

5/05/2006

El color de mayo en ciertos blogs

Me gusta el color de mayo en los blogs. Es el oscuro y difuso color de la memoria. Es el rojo de la herida y es el blanco de las almas de los que se llevaron sus heridas al más allá, al después, al hasta siempre. Y es el negro de la fuerza inmemorial de los tiempos que estalla en la noche de la rebeldía.

Por ellos sabremos que ya no volverán las hamacas guindadas en los mangos del patio y no serán iguales nuestras conversaciones bajo los almendros. De todo esto nos queda el hilo que tejemos en estas páginas luminosas que nos permiten por lo menos algún oscuro monólogo con los muertos.

Por ello, le he escrito este post a los compadres que ejercen el derecho a la memoria. A Blake, que inaugura el mes de mayo con un tono que enaltece el oficio blogger. Definitivamente los blogger que andan por todo lado dejando mensajes para que los lean, deberían trabajar más, como ya ha dicho David.


Por otro lado, la crónica de Diego sobre el primero de mayo en Bogotá, está estupenda:

"Recuerdo salir a desayunar. Recuerdo que era primero de mayo, y era joven y latinoamericano. Sé muy bien que ciertas ideas aparecen en el horizonte del hombre y desde ese momento se da inicio a una larga jornada para cruzar ese límite y ver un nuevo campo, la tierra prometida. De la idea que aquí hablo, en Latinoamérica era sólo un horizonte que venía a reemplazar la oscuridad con un futuro cielo color rojo. Era la unión de las banderas: la negra y la roja"...

Para visitar los recuerdos inventados: