4/24/2006

Pero ¿Cómo había comenzado todo?

Nací en la selva, es verdad. Busquen en el mapa a Guacamayas. Si encuentran esta población en el Caquetá, les encargo sus coordenadas. Si alguien consigue fotos, le agradezco el envío. En mi tierna infancia ya caían bombas cerca del pueblo, según las historias que me contaba mi madre (que no son las mismas de “lo que cuenta mi mamá”).

A guacamayas se llegaba a lomo de mulas. Así llegaron mis padres con sus cuatro hijos, para ser maestros de la escuela del pueblo, criar gallinas y cazar animales del monte. Borugas, armadillos, venados tigres podencos. A pescar pintadillos del tamaño de mi hermano mayor, a contar estrellas en cielos como el olimpo de Zeus: llenos de ninfas que parecían estrellas fugaces. Mientras, yo aprendía en estas tierras a usar antes la flecha de pindo que el Berol Mirado.

En Guacamayas mi padre vivía feliz por la abundancia de la caza, mis hermanos temerosos por las historias de brujas, madremontes y patasolas y mi madre aterrorizada por los bombardeos del ejército contra “la chusma”. De Guacamayas tuvimos que salir porque al profesor de la escuela se le ocurrían lecciones pedagógicas como la de tapar con una sábana un cadáver abandonado en la plaza central. Lección impracticable en una tierra a donde no llegaban las noticias de los derechos humanos ni esas otras vainas de los comunistas. Lección impracticable si el cadáver era de uno de la chusma.

Por eso mi familia deambuló por las fértiles tierras del Caquetá desde finales de los sesenta hasta finales de los setenta. Una década completa de trashumancia con la Singer patasarriba en las enjalmas. Años duros en esta “tierra de promisión” en donde sobrevuelan aún los halcones de la guerra sobre pueblos bautizados de maneras hermosamente insólitas, como el célebre “San Vicente del Caguán”, o los pueblos desolados como “Solita”, o aquel que espera a su doncella, “El Doncello”, o la tierra de los moros “Morelia”, o la patria chica de los curitas, “Curillo”, entre otros.

¿Cómo yo, parodia del niño de la selva, me iba a imaginar en futuras migraciones digitales si ya estaba aburrido de descolgar los chinchorros para salir corriendo de nuevo? Y fue precisamente una migración la que me trajo a la blogosfera.

Pero ¿Cómo había comenzado todo?

6 comentarios:

CRONICAS VALLENATAS dijo...

Arlovich:

Que buen relato con esa foto familiar para contar la historia.

Siguiré pendiente.

Saludos desde la Perla del Otún.

Mazo dijo...

Buena Roberto, le tengo uan historia parecida, un día de estos si la encuentro se la muestro

Arlovich dijo...

Gracias, amigos. Como decian los relatos de Marcial La Fuente y Corin Tellado: esta historia continuará...

Wilson Mora Orjuela dijo...

Hacia los años 50, sus habitantes iniciaron una vida cruenta, llena de incertidumbre y zozobra; cuando en inmediaciones de San Vicente y Algeciras surgió un caserío llamado Guacamayas, a sus alrededores operaban grupos al margen de la ley comandados por cabecillas bandoleras: Gavilán Sangre Negra, el Capitán Veneno, el Dragón Rojo y Palma; todos ellos pertenecientes a la llamada CHUSMA que enfrentaban con frecuencia a la Chulavita.
Fuente: http://www.micaqueta.com/Caqueta.php?op=Ver&id=13

INSPECCION LAS GUACAMAYAS
Creada en 1953 como Inspección Departamental mediante Decreto número 56 del 13 de junio y aprobado por Decreto Ejecutivo número 2335 del 9 de diciembre del mismo año, y asumido por el Municipio años más tarde.
Fuente: http://www.sanvicentedelcaguan.gov.co/seccion.php?caid=22

Mire las fotos en mi Blog porque no supe como put.. meterlas aqui en comentarios.
http://empiricadas.blogspot.com/

Fuentes Fotos: Google Earth y http://www.colombiassh.org/archivos/archivos/FT Caqueta 02-04 ext.pdf?PHPSESSID=7b5fbdcad60adeed6cb418239fa921b4

Que dijo este ... les quedo grande encontrar la vaina ! ... PUES NO, ahi tiene.

Arlovich dijo...

Pilocito el muchacho. Gracias.

::Caro:: dijo...

Migramos... todos los dias hacia nuevos espacios y por esas "casualidades" de la vida hoy estas por aqui compartiendo tu historia un pedacito de tu vida, quien lo hubiera pensado...