7/23/2008

Cerré la puerta y apagué la luz

Y eso causó preguntas e inquietudes en algunos y algunas. Los extrañaré en Facebook seguramente, pero a veces es necesario cerrar las puertas y apagar la luz. 


Me siento mejor en Blogger, a pesar de las predicciones optimistas en el Campus Party sobre Wordpress, aún no me amaño por allá. No me gusta que cobre por ciertos servicios, como los cambios en los diseños del blog. Pero bueno, allá habrá otra ínsula para el archipiélago que seremos en este mar de escrituras digitales. 

Prefiero la duda, la crítica, la rabia, el temor, la incoherencia, la insolencia, la desfachatez, la dignidad y la rebelde ironía de la escritura de blogs que la pastosa mansedumbre de los egos de las llamadas redes sociales. 

Por eso cerré la puerta y apagué la luz. Algún día saldré del cuarto renovado. 

5 comentarios:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Creo que el demonio marketing viene dando golpes de pedal para el porvenir, y ya tiene como objetivo comercilizar la palabra bien-pesada de los blog, hay que defender ese pequeño bastión de libertad, dejemos el comercio para la rdes socialiases en donde se cobran en dolares el envío de una flores virtuales...

La otra ínsula se ve mucho más en calma, me gusta la gitación de las olas en este mar bravío

Anónimo dijo...

es cierto, a veces hay que cerrar la puerta y apagarle la luz a la frivolidad, gracias por hacerme parte de tu archipiélago.
abrazos

Arlovich dijo...

Carlos, digamos que a las ínsulas las baña el mismo océano. Pero cada una se estremece a su propio ritmo.

Blue, tu generoso afecto en Bogotá y en tu blog, te hacen bienvenida en mis playas insulares. Y se te agradece la agudeza de la lectura en otras entradas...

Anónimo dijo...

Canción de las simples cosas

(Armando Tejada Gómez - César Isella)

Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,
lo mismo que un árbol que en tiempo de otoño se queda sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida,
y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Demórate aquí, en la luz mayor de este mediodía,
donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

http://es.youtube.com/watch?v=qbJUNw2RfqA

TU CANCION AMIGO MIO

MAURICIO

Arlovich dijo...

Qué buen tino, mauro, gracias.