11/02/2007

Descuentos en el acto

Estoy en la ciudad argentina de La Plata. Y a pesar de que en el mundoblog algunos creen que esto es una provincia, les voy a hablar de la ciudad de La Plata. Como la estoy viendo desde hace dos días.

Es una putería de ciudad. No hay trancones. No hay guerra de pitos ni chimeneas negras saliendo de los buses. Me siento rarísimo! Será que aquí los carros los venden sin pito? Y no he visto el primer policía de tránsito sacando multas! (Y he caminado horas enteras la ciudad, pobres tenis). Y no he visto letreros de límites de velocidad. Es más, a la velocidad a la que andan los vehículos aquí, un policía colombiano se conseguiría en multas lo de su casita frente al mar.

Y tampoco hay guerra de motos y las muchachas y muchachos van por ahí ¡en bicicleta!, con su bolsa de libros y mate en la canasta y enchufados a la música digital. Y como ya se está acabando el viento frío de la primavera y empieza a llegar el sol del verano, pues los parques y plazas empiezan a irradiar vida.

¡Ah!, los parque, plazoletas y plazas. ¡Hay una plaza cada seis cuadras! Y cada uno es del tamaño ¡de una manzana completa! (nunca había usado tanto el signo de admiración).

La Facultad de Periodismo, por ejemplo, queda a una cuadra de la Plaza Italia. Y allí uno ve a cualquier hora estudiantes cebando mate. Y también a tranquilos transeúntes que se gozan la plaza de distintas maneras. Y alrededor de la plaza, pues la librería Rayuela y la librería El Aleph, entre las muchas de la ciudad.

A seis cuadras, está la Plaza Moreno. Espectacular, en serio. Al final de la tarde la plaza sirve para que sobre su perímetro se hagan caminatas para cuidar la salud.

Porqué no vienen por aquí los especialistas en espacio urbano que dirigen nuestras pinches ciudades y se dan un paseo? Porque les quedaría grande hacer una ciudad como ésta.

Además, en La Plata le hacen a uno descuentos ¡en el acto!. O mejor dicho, al instante.

Y en una plaza de estas con el viento primaveral abrazándote y con el solecito que llega, uno puede leer que el orgulloso piloto que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, ha muerto.

3 comentarios:

Mazo dijo...

Cómo así que descuentos en el acto, ¿qué se compró por allá? cuente, cuente. (y si es Rodoflo pues lo va rotando al llegar je)

Anónimo dijo...

Hola Arlovich:

Me hiciste sucumbir ante esto de usar los blogs para interactuar con las personas en el cyber espacio, además de hacerlo de forma colectiva. Ya te había comentado que prefiero hacerlo por correo electrónico y, agrego ahora, bilateralmente.

Antes de regresar a casa decidí buscar tu blog para saber con mayor detalle tus impresiones de La Plata.

Son las 3:30 por acá. Tengo más de una hora de estar explorando en tu blog y, de paso, retrasando la caída de comida a mi estómago. Sucedió lo que temía: me quedé enganchada (y yo que siento que ya no puedo asumir más actividades que consumen tiempo).

Lo primero que leí fue "Se estremece el Combeima". Me recordó El Salvador y Guatemala..., pero no escribo más al respecto aquí sino debajo de los comentarios que generó.

Me gusta mucho cómo escribís.

En pocos días estaré otra vez en Manizales. Estoy planeando "deslizarme" a Pereira a pesar de las no-lecturas de papel para, más bien, dedicarme a leer lo que me recomendaste. Recomendación que estás viviendo, diría, con el asombro característico de los/as niños/as ante la novedad. Me alegra montones que sea así.

Un fuerte abrazo. Hasta luego

Anónimo dijo...

Qué tal , Arlovich?

La primera vez que leí tus impresiones sobre La Plata me hizo recordar las impresiones que me provocó Manizales la primera vez que fui en agosto.

Te parece que en La Plata los carros no tienen pito, pues la misma impresión me dio en Manizales ya sea cuando viajaba ne taxi o cuando caminaba por sus calles. Con esto podés imaginarte cómo es en Managua.

De La Plata te sorprende no encontrar guerra de motos. De Manizales, y supongo que así es en Colombia en general, me sorprendió mucho que los/as motociclistas usaran siempre casco (y el/la acompañante también) y chaleco naranja fluorescente con el número de la placa en la espalda; además que todavía no he podido presenciar esa guerra a la que hiciste referencia.

Los pocos parques y plazas en Managua hace rato se convirtieron en lugares propicios para cometer asaltos, incluso a plena luz del día, lo cual es propiciado por ser desolados. Hay parques sí, que están siendo recuperados en algunos barrios, uno es donde yo vivo, por madres con sus hijos/as pequeños/as y por parejas.

Tu mención del uso al final de la tarde de la Plaza Moreno me remitió a una rotonda que hay relativamente cerca de donde vivo: personas que viven cerca la ocupan antes del amanecer y al anochecer para caminar, trotar, correr. Pienso también en mi primera mañana en Manizales, cuando caminé por toda la Santander y me gustó mucho ver bastante gente vestida de forma deportiva caminando sola o acompañada de otra persona o paseando al perro. Incluso me dieron ganas de alquilar un perro para sacarlo a pasear y hacer ejercicio al mismo tiempo, porque mis dos compañeros nicas son perezosos.

Andar en bicicleta... Eso sólo lo he podido hacer donde mi familia materna que vive fuera de Managua y eso ya hace más de una década (si mi memoria no me traiciona).

Ya tengo una semana en Manizales. El sábado los nicas nos dimos nuestra buena picada con Ron Viejo de Caldas. El domingo fuimos a Pereira. Comí arepa de chocolo y jugo de lulo (esa fruta no la conocemos en Nic). Como teníamos clase la mañana del sábado 24(mañana) se canceló el viaje al Nevado del Ruiz. Veremos, la séptima cohorte, adónde vamos cerca de aquí, entonces, el domingo ya que mañana sábado por la noche es la fiesta con ron Flor de Caña y gallopinto en el "Consulado nica" (así le llaman al apartamento donde vivimos los nicas); incluso un grupo fue a ver el partido Colombia-Argentina. El miércoles está programado ir al estadio a ver el partido entre el Once y el América.

Como ves, he estado leyendo lo que me recomendaste.

Espero que te siga yendo muy bien en La Plata.

¡Hasta la próxima!