Nací en la selva, es verdad. Busquen en el mapa a Guacamayas. Si encuentran esta población en el Caquetá, les encargo sus coordenadas. Si alguien consigue fotos, le agradezco el envío. En mi tierna infancia ya caían bombas cerca del pueblo, según las historias que me contaba mi madre (que no son las mismas de “lo que cuenta mi mamá”).A guacamayas se llegaba a lomo de mulas. Así llegaron mis padres con sus cuatro hijos, para ser maestros de la escuela del pueblo, criar gallinas y cazar animales del monte. Borugas, armadillos, venados tigres podencos. A pescar pintadillos del tamaño de mi hermano mayor, a contar estrellas en cielos como el olimpo de Zeus: llenos de ninfas que parecían estrellas fugaces. Mientras, yo aprendía en estas tierras a usar antes la flecha de pindo que el Berol Mirado.
En Guacamayas mi padre vivía feliz por la abundancia de la caza, mis hermanos temerosos por las historias de brujas, madremontes y patasolas y mi madre aterrorizada por los bombardeos del ejército contra “la chusma”. De Guacamayas tuvimos que salir porque al profesor de la escuela se le ocurrían lecciones pedagógicas como la de tapar con una sábana un cadáver abandonado en la plaza central. Lección impracticable en una tierra a donde no llegaban las noticias de los derechos humanos ni esas otras vainas de los comunistas. Lección impracticable si el cadáver era de uno de la chusma.
Por eso mi familia deambuló por las fértiles tierras del Caquetá desde finales de los sesenta hasta finales de los setenta. Una década completa de trashumancia con la Singer patasarriba en las enjalmas. Años duros en esta “tierra de promisión” en donde sobrevuelan aún los halcones de la guerra sobre pueblos bautizados de maneras hermosamente insólitas, como el célebre “San Vicente del Caguán”, o los pueblos desolados como “Solita”, o aquel que espera a su doncella, “El Doncello”, o la tierra de los moros “Morelia”, o la patria chica de los curitas, “Curillo”, entre otros.
¿Cómo yo, parodia del niño de la selva, me iba a imaginar en futuras migraciones digitales si ya estaba aburrido de descolgar los chinchorros para salir corriendo de nuevo? Y fue precisamente una migración la que me trajo a la blogosfera.
Pero ¿Cómo había comenzado todo?

